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Asiatico en mi Cuarto

by Anthony Rodriguez


Siempre que mi compañero de cuarto llegaba del gimnasio yo tenía que sufrir un martirio. Angel, era de aquellos asiáticos-americanos con un cuerpo descomunalmente hermoso, un rostro de niño, y una piel tan invitante a la caricia como la de un melocotón. Llegaba todo sudado, quitándose la camisa que dejaba al aire sus pectorales bien formados, sus tetillas oscuras en un pecho escultural y aquellos pelitos que, comenzando en su ombligo, se perdían solitarios por debajo de sus pantalones cortos. Tenía solamente aquellos, no había más rastro de bellos en su piel, aparte los que desplegaba en sus axilas. De ahí, seguía para las duchas de nuestro dormitorio que, infelizmente, no eran comunes sino que estavan divididas por cortinas blancas que no permitían ni siquiera imaginar que había de la otra parte. Cuando volvía con su toalla amarrada a su cintura solamente lograba admirar sus nalgas bien formadas y fibrosas que rapidamente cubria con sus usuales jokeys blancos. De más está decir que soñaba con el día en que aquella toalla dejase ver el miembro más bello de su cuerpo el cual se me antojaba de unos 20 cm y sin muchos bellos púbicos, casi como un adolescente de 12 años. Cuantas veces me quedé por horas atento a una erección suya mientras dormía y, a solas conmigo en mi cama, daba libertad a mis testículos del semen que hacía casi reventar mi pene latino. Debo decir que aquí en Estados Unidos mi pene era codiciado por rubios y negros cuando me duchaba en el gimnasio antes de venir de vuelta al dormitorio. Pero yo lo que deseaba era tener aquella verga en la saliva de mi lengua. Angel se inició en una fraternidad para estudiantes asiáticos como él. Como envidio a sus confraternos porque, según dicen, en esas iniciaciones el desnudo el tocar son una parte escencial del rito. Ahora acostumbraba a llegar con varias cervezas en la cabeza cada viernes. Fue cuando mi imaginación erótica explotó en sensación. Un viernes de noviembre, Angel llegó totalmente bebido al rededor de las 2 am. Tuve que ayudarlo a entrar a nuestro cuarto inclusive pues dificilmente podía permanecer en sus propios pies. Cayó en su cama como muerto. Yo lo moví con bastante fuerza, le toqué la cara, hasta una bofetada le di, y Angel nunca respondió. De sólo pensarlo comencé a ponerme duro. Comencé por quitarle la camisa, luego la camiseta. Sus dos tetillas, duras y suaves, me pedían que las tocase, que las acariciase… eso hice. Lamí con pasión aquellas dos tetillas que Angel ponía a mi entera disposición. Así seguí lamiendo todo el pecho hasta llegar a su ombligo. Acaricié aquellos solitarios bellos que cubrían su ombligo. Acaricié todo su torso con mis mejillas. Besé sus axilas. Lamí su cuello. Mojé sus labios con mi saliva. Me esperaba su pene. Le desabroché el jean con calma. Abrí su cremallera con cautela. Allí estaban sus jokeys blancos. Le baje los pantalones totalmente y contemplé por un momento aquel cuerpo bellísimo de asiático, suave y fuerte. Comencé a besarle los huevos teniendo como cortina la tela de algodón de sus jockeys. Besé sus muslos, las verijas…. No quería aún desvelar el gran monumento carnoso que me esperaba. Una pena que fuese imposible obtener de Angel una erección por su inconsciencia. Entonces decidí acariciar suavemente su pene mientras tocaba sus jockeys. Realmente aquel chico tenía unos 20 cm! Cuantos tendría en una erección. Lo viré boca abajo y masajé sus nalgas. Fue entonces cuando decidí bajar solamente la parte trasera de sus jokeys. Sus nalgas, las que siempre había visto de lejos, estaban ahora entre mis manos. Entreabrí aquellos glúteos y pude apreciar su culo apretado y seguramente virgen. Lo toqué un poco mas no me atreví a introducir mi dedo por miedo a que alguna molestia lo despertase. Le lamí los testículos así boca abajo como estaba. Realmente tenían una fragancia inefable. No pude esperar más y volví a posicionarlo boca arriba, despidiendo de Angel sus calconcillos blancos. No podía creer que aquél espectáculo estaba delante de mis ojos. Un pene flácido, con su capuchita bien suave, una piel sedosa y sólo algunos bellos púbicos encima de su verga. Acaricié aquellos bellos con pasión. Jugué con su piel de pene sin circucidar, lamiendola y mordiendola con mis labios. Descubrí su mazo asiático y una cabeza rosada apareció haciéndome la boca agua. Le abrí el orificio de su punta y enfilé mi lengua en él. Ahí ya no pude más. Me quité los pantalones y mis boxers de seda que ya lucían una pequeña huella de mi lubricación. Me masturbé lentamente encuanto mamaba aquel pene delicioso. Mi lengua se deleitaba en acariciar cada centimetro del miembro viril de mi compañero de cuarto que parecía sonreir complacido mientras dormia en su borrachera. Me pasaba su pene de un hueco de mi cachete al otro y saboreaba aquella esplendorosa verga mientras me seguía jalando una paja silenciosa. Cuando estuve apunto de venirme junté mi enhiesta verga a su blando pene y los froté hasta que todo mi semen se regó entre los pocos bellos púbicos de Angel. Le puse sus jockeys y pantalones nuevamente…. Lo dejé sin camisa. Me fui a dormir. Al día siguiente me desperté al oir las carcajadas de Angel mientras salía a ducharse. Cuando regresó me encontró visitiéndome y comenzó a contarme: ---Sabes Tony, ayer tuve un sueño que jamás pensé que tendría. Tuve un sueño mojado en el que tenía relaciones con un hombre, y al parecer mi gustó pues tuve una eyaculación. Me levanté con todo el calsoncillo manchado de semen de anoche. ---De veras? Y porqué crees que soñaste eso? ---No lo sé pero sólo de recordar ese sueño esta mañana me exité bastante y acabo de masturbarme. Me gustaría experimentar con otro chico para ver lo que se siente. He tenido tantas relaciones sexuales con chicas que me encantaría saber que se siente con otro chico. ---Y que piensas hacer? ---Pues es peligroso tener esas experiencias con tipos gays pues pueden querer seguir buscándote. Con otro tipo straight como tú y yo sería ideal. Oye, por que no lo hacemos tú y yo. Quería desfallecer cuando Angel hizo aquella propuesta. No podía parecer interesado pues él me creía tan straight como él. Puse una cara de espanto sobre la idea, para hacer que él insistiese. Resultó. Entonces dije que accedería, pero había un problema, cómo exitarnos siendo ambos varones? Una película porno sería la salvación. El tenía algunas que yo, de hecho, nunca había visto. En el acto saltó hacia el video y puso una de las cintas. Nos sentamos en el piso frente a la TV. Yo hacía rato que tenia una poderosa erección que me estaba hasta doliendo mi pene. Angel comenzo a quitarse los pantalones y hasta los jokeys quedando de verga al aire, sólo con una camiseta que traía puesta de la ducha. Me miró pidiendome que se lo mamara. Yo entonces me quité toda la ropa que me habia puesto, y desnudo delante de él comencé a chupar con delicia aquella verga de la noche anterior había solo retozado en mi boca. El quedó sorprendido del tamaño de mi pene: 23 cm…. Los hombres latinos somos dotados. Mientras se lo mamaba el me masturbó. Yo tuve que mamarle las bolas, pues eran tan exitantes. Con su pene mojado por mi saliva comencé a masturbarlo mientras el demostraba en su rostro signos de gozo. Asi ambos nos vinimos a la misma vez. Al dia siguiente me pidio que lo penetrara, lo cual el hizo tambien conmigo. Hace dos meses que Angel duerme conmigo en la misma cama. Due to international translation technology this story may contain spelling or grammatical errors. To the best of our knowledge it meets our guidelines. 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Asiatico en mi Cuarto

Siempre que mi compañero de cuarto llegaba del gimnasio yo tenía que sufrir un martirio. Angel, era de aquellos asiáticos-americanos con un cuerpo descomunalmente hermoso, un rostro de niño, y una piel tan invitante a la caricia como la de un melocotón. Llegaba todo sudado, quitándose la camisa que dejaba al aire sus pectorales bien formados, sus tetillas oscuras en un pecho

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